La toxina botulínica (botox) es un fármaco que se utiliza en medicina estética para reducir y/o mejorar líneas de expresión. 

Se ha investigado la suplementación con zinc por su potencial efecto para mejorar la eficacia y duración de los tratamientos con toxina botulínica.

Un estudio clínico sugiere que la suplementación con zinc podría mejorar el efecto y la longevidad de la toxina botulínica, tanto en afecciones neurológicas como en aplicaciones cosméticas ya que la toxina botulínica requiere de zinc para poder efectuar su mecanismo de acción.

Otro estudio clínico reportó que la suplementación con zinc, en particular combinada con fitasa, aumentó la duración de los efectos de la toxina botulínica en casi un 30 % en pacientes tratados por arrugas faciales. Este estudio observó un aumento subjetivo significativo del efecto de la toxina entre los participantes que recibieron zinc y fitasa, en comparación con quienes recibieron un placebo o dosis más bajas de zinc.

En conclusión, estos estudios sugieren que la suplementación con zinc puede mejorar la duración y la eficacia de los tratamientos con toxina botulínica, aunque se necesitan más investigaciones con muestras de mayor tamaño y metodologías estandarizadas para confirmar estos hallazgos y establecer pautas clínicas.

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